Releo y pienso: "no se entiende nada del post anterior". Lo que quiero decir es que construir recuerdos es eso, contruirlos. No es LO que sucede, sino su relato.Y esto es especialmente cierto con nuestros recuerdos de infancia. Todos tenemos miles de historias en las que creemos, de las que incluso tenemos memoria -aunque hayamos tenido que inventarla-, que conforman el acervo de la novela personal. Y todos las hemos extraído, no de la experiencia misma, sino de la experiencia de un relato. Alguien nos contó nuestros recuerdos, muchas muchas veces. Eso que sé perfectamente bien sobre mi pasado, tan bien que hasta creo recordarlo (las imágenes son todas sólidas, nítidas, perpetuas) no es otra cosa que aquellos elementos que mi mamá, o inclsuo mi papá, seleccionaron, modificaron y reptieron hasta converncerme de que sí existió algo ahí, en el agujero negro del inicio.
Finalmente, familia es un círculo de personas que escuchan las mismas anécdotas una y otra vez. Esa es, por ejemplo, la escarapela del día patrio familiar que es el cumpleaños de cualquiera de nosotros: una serie de eventos contados siempre con los mismos giros y entonaciones, que a veces incluso nos dejan mal parados (y nos avergüenzan frente a gente nueva a la que queremos gustarle) pero que precisamos que siga ahí, recreándonos.
Desde que está Amanda, observo todos los eventos de nuestra vida cotidiana sabiendo que algunos quedarán atrapados en la red, agitando la cola sobre la embarcación. Pececitos de colores que guardaré hasta que pueda darle el acuario a su dueña.
Wednesday, May 31, 2006
Friday, May 26, 2006
Polaroid familiar 2

Mientras nosotros desayunamos en Oui Oui, generalmente, Amanda duerme. Ahora, a mi lado, se despierta y me mira unos segundos con seriedad intensa. Luego vuelve a cerrar los ojos. En frente Juan lee el diario
Yo, mientras esta escena se desarrolla, escribo sobre ella. Escribir es tener dos vidas. La vida dentro de la vida. La mirada sobre lo que se ve.
En mi recuerdo, ya sé, esta imagen se proyectará hacia el interior de ella misma. Así de íntimo es empezar a convivir en familia, a construir recuerdos.
Una polaroid que es como la cajita del Polvo Royal.
Tuesday, May 23, 2006
Polaroid familiar 1
Juan toca la guitarra. Amanda lo acompaña haciendo de sus sonidos. Vocaliza como si cantara con la guitarra. Yo escribo en la cocina. 19:21 y en BsAs cayó la noche. Ya, de un momento a otro, empieza el ritual del dormir que incluye: besos, masajes, abrazos, baño y teta. Despues la cama, la cunita, el misterio del soñar infantil. La producción onírica incluirá recuerdos del útero?
Todo sueño remite a ese estado íntimo, privado, ajeno del mundo; tan parecido a Amanda flotando en mi cuerpo, chiquitita.
Todo sueño remite a ese estado íntimo, privado, ajeno del mundo; tan parecido a Amanda flotando en mi cuerpo, chiquitita.
Sunday, May 21, 2006
Gorro de orejas
Thursday, May 18, 2006
Necesito un equipo de Bloggers ya !
De pronto recuerdo todas esas disquisiciones filosóficas que uno tenía en la adolescencia sobre la existencia de las cosas, si las cosas no son vistas. Alguno se acuerda del asunto del árbol en el bosque, que alguien se pregunta si existe cuando nadie lo ve? Yo sí.
Me lo vuelvo a preguntar ahora, que nadie ve mi BLOG
Un saludo, vengan a mí!
Me lo vuelvo a preguntar ahora, que nadie ve mi BLOG
Un saludo, vengan a mí!
Wednesday, May 17, 2006
El sueño de la fortuna
Con Amanda, esta tarde, dormimos la siesta agarradas de la mano. Yo me sentía (me siento) afiebrada. Le di la teta, la acosté al lado mío, y nos dormimos. Se despertó sonriente, como siempre, al cabo de una hora.
Puede una sentirse así de afortunada?
Puede una sentirse así de afortunada?
Monday, May 15, 2006
Plaza
Amanda y yo repetimos un mismo paseo los últimos 5 días. A pie y con el carrito nos vamos hasta la plaza de Echeverría y Superí, en BelgranoR. En el camino, los días de semana, nos cruzamos siempre con poca gente, en general entrando o saliendo de los caserones. Nunca son los dueños, sino el personal doméstico que sale a hacer compras, a emparejar la ligustrina, a retocar detalles de la pintura de las persianas o a sacudir el polvo de las camaras de vigilancia. Amanda siempre duerme, y recién se despierta con el cese del movimiento, cuando estamos sentándonos un rato. Así que durante el recorrido, mientras me paseo por ese pequeño universo de sirvientes y servidos, de luz diáfana pero de sordidez profunda, pienso en la vida que quiero y que tengo. Es muy parecido al efecto de caminar por calles extranjeras (casi un Hampstead en miniatura... esa soledad de bocacalles sin semáforos). Y , mientras camino, me digo:
-quiero vivir alguna vez afuera, un año completo
-quiero tener otro hijo
-quiero dibujar y cocinar con Amanda, especialmente las tardes de otoño e invierno
-quiero que empiece a hablar, a decir sus primeras palabras
-quiero conocer Asia, quizás en un viaje solitario
-quiero editar una peliculita con muchas imágenes de mi vida hasta acá, sola y con Juan, para que Amanda sepa quién era su madre antes de que llegara a nuestras vidas, y sepa que puede ser feliz con nosotros
-quiero conocer muchas ciudades más, mucha música más, muchos nuevos amigos
-quiero que Amanda sea grande y un día piense: "soy una persona con suerte"
-quiero que me amen. Que me amen de verdad.
Por suerte, cuando la nostalgia realmente se instala, se despierta la gatita y la calesita de la felicidad empieza a dar vueltas nuevamente.
-quiero vivir alguna vez afuera, un año completo
-quiero tener otro hijo
-quiero dibujar y cocinar con Amanda, especialmente las tardes de otoño e invierno
-quiero que empiece a hablar, a decir sus primeras palabras
-quiero conocer Asia, quizás en un viaje solitario
-quiero editar una peliculita con muchas imágenes de mi vida hasta acá, sola y con Juan, para que Amanda sepa quién era su madre antes de que llegara a nuestras vidas, y sepa que puede ser feliz con nosotros
-quiero conocer muchas ciudades más, mucha música más, muchos nuevos amigos
-quiero que Amanda sea grande y un día piense: "soy una persona con suerte"
-quiero que me amen. Que me amen de verdad.
Por suerte, cuando la nostalgia realmente se instala, se despierta la gatita y la calesita de la felicidad empieza a dar vueltas nuevamente.
Wednesday, May 10, 2006
El verdadero dilema no es la bolsa o la vida, sino la vida o la vida

Me llamaron hoy para hablarme de un puesto que me gusta mucho más que el que tengo. Es una posición regional, en HPC, para Deos. La persona que me llamó me dijo que cuando preguntó por mí -en Recursos Humanos- le dijeron que yo estaba de licencia. Es cierto: me tomé otros 3 meses, sin goce de sueldo, para estar con Amanda.
-Lamentablemente no te puedo esperar, me dijo
Pero yo todavía no puedo volver.
Miren la foto. A las pruebas me remito.
Tuesday, May 09, 2006
El soñar no es un cepillo de dientes
Acabo de tener una conversación muy a fondo con Juan. No soporto más el miedo que nos meten a los padres recientes con esto de que si no les enseñamos bien, nuestros hijos no van dormir correctamente nunca en sus vidas. Estoy harta de este razonamiento que promueve el terror..la idea es: el sueño es un hábito que debe incorporarse prolijamente desde un inicio, porque sino tiene consecuencias trágicas para el resto de la vida (en esta lógica no hay neurosis, angustias, circunstancias vitales, nada! sólo un antiguo adiestramiento mal hecho)
Sin embargo, creo que lo que más virulenta me pone es la reducción del soñar a un puñado de actos ordenados absurdamente en el binomio "estímulo-respuesta". Yo no digo que no existan los hábitos, ¡claro que sí!, y estamos llenos de ellos. Lo que digo es que, en todo caso, esa es la capa más finita de la cebolla. Y que, por favor, respeten un poco, soñar es mucho más que eso.
Igual acabo de encargarme un libro en Amazon, que se llama "Felices Sueños", y que parece ser una versión menos "entrenador de perros" que la de Stivil.
Por último: arriba, de sus siesta, acaba de despertarse Amanda.
Sin embargo, creo que lo que más virulenta me pone es la reducción del soñar a un puñado de actos ordenados absurdamente en el binomio "estímulo-respuesta". Yo no digo que no existan los hábitos, ¡claro que sí!, y estamos llenos de ellos. Lo que digo es que, en todo caso, esa es la capa más finita de la cebolla. Y que, por favor, respeten un poco, soñar es mucho más que eso.
Igual acabo de encargarme un libro en Amazon, que se llama "Felices Sueños", y que parece ser una versión menos "entrenador de perros" que la de Stivil.
Por último: arriba, de sus siesta, acaba de despertarse Amanda.
Saturday, May 06, 2006
Inyección
Ayer le dimos dos vacunas nuevas a Amanda. Demoramos la aplicación más de 10 días, juntando valor. Estábamos tan nerviosos -al menos yo lo estaba- que me precipité dentro del consultorio, mientras Amanda y Juan avanzaban lentamente por el pasillo, y le dije a la enfermera sin saludar:
-Es muy chiquita
-Qué cosa? El consultorio?, respondió.
-No, mi hija, es muy chiquita.
- Sabés todas las que le faltan?
Después le dieron un pinchazo en cada pierna. Gritó bastante más en el segundo, pero se la bancó de lo más bien. Igual a mí se me estrujó el corazón.
No, boluda, no sé todas las que le faltan.
-Es muy chiquita
-Qué cosa? El consultorio?, respondió.
-No, mi hija, es muy chiquita.
- Sabés todas las que le faltan?
Después le dieron un pinchazo en cada pierna. Gritó bastante más en el segundo, pero se la bancó de lo más bien. Igual a mí se me estrujó el corazón.
No, boluda, no sé todas las que le faltan.
Thursday, May 04, 2006
Clase de Guitarra
Juan volvió de su primer clase guitarra. Ahora estudia escalas, en la guitarra que le compré para nuestro aniversario número 9. Mientras lo miro recuerdo que cuando nos conocimos tocaba el violín.
La gran diferencia, sin embargo, no es ésa. Sentada de modo artificial -es decir: apoyada en unos almohadones, pero luciendo como un adulto en miniatura- está Amanda Minujin. Lo mira y bosteza. Tiene una expresión interesante: parece comprender que aún no es bueno en esto de las cuerdas, y lo escucha con paciencia. Como si anticipara y agradeciera todas las veces en que nosotros la observaremos aprender cosas a lo largo de la vida. No es necesario, hija ; los agradecidos somos nosotros.
La gran diferencia, sin embargo, no es ésa. Sentada de modo artificial -es decir: apoyada en unos almohadones, pero luciendo como un adulto en miniatura- está Amanda Minujin. Lo mira y bosteza. Tiene una expresión interesante: parece comprender que aún no es bueno en esto de las cuerdas, y lo escucha con paciencia. Como si anticipara y agradeciera todas las veces en que nosotros la observaremos aprender cosas a lo largo de la vida. No es necesario, hija ; los agradecidos somos nosotros.
Subscribe to:
Posts (Atom)